En la tobera, el agua a presión impulsada por la bomba centrífuga, se acelera formando un chorro de agua a alta velocidad, que por el efecto de arrastre crea una depresión que induce el ingreso del aire. La mezcla se produce en una zona muy turbulenta, con generación de burbujas finamente divididas que se dispersan en el líquido. En consecuencia, se obtiene una elevada velocidad de transferencia del oxígeno al líquido.
La pluma que sale del hidroaireador inmerso en el líquido crea corrientes horizontales que luego suben debido a la baja densidad de la mezcla aire/líquido. Esta acción de mezclado favorece la transferencia del oxígeno y la homogeneidad de la suspensión del contenido de la pileta tratado biológicamente.